El día no podía empezar de forma más agitada. Nuestro vuelo AR 1870 de Aerolíneas Argentinas partía a las 5:40 de la mañana, por lo que tuvimos que llegar al Aeroparque Jorge Newbery alrededor de las 3:40, obviamente sin dormir.
El vuelo no tenía escalas ni tampoco nuestro itinerario del día. Desde el Aeropuerto de El Calafate (Comandante Armando Tola) el traslado nos llevó directamente al Parque Nacional Los Glaciares. Al haber aterrizado tan temprano (7:50 de la mañana) faltaban muchas horas para tener la habitación del hotel disponible, así que optamos por todo ese tiempo en vez de gastarlo en el lobby del hotel o caminando en el centro, aprovecharlo para ya recorrer a fondo el Parque Nacional.
Desde el aeropuerto al Parque son unos 100km de distancia, que se recorren en auto en alrededor de 1 hora y media (según la velocidad y el tránsito, claro). El camino es tranquilo, directo, y empezamos a tener los vistazos del maravilloso paisaje que regala El Calafate. Si tenemos suerte, en el trayecto podremos divisar algún cóndor y otros pájaros típicos de la región.
Para entrar al Parque hay que pagar entrada. Si vamos un día solo pagamos el precio full pero si también vamos al día siguiente, se nos hará un descuento del 50% para esa segunda entrada. En el momento de nuestra visita (octubre 2019) pagamos $360 ARS para el primer día y $180 ARS para el segundo día, siendo residentes del país (se requiere presentar documentación). Siempre pueden chequear los precios en este link.
Una vez llegados al estacionamiento, tenemos sanitario, confitería y un mercado por si queremos tomar algo o comprar para comer. Este es el punto de partida de las distintas pasarelas disponibles para recorrer el parque. Por supuesto, el gran protagonista de este lugar es el Glaciar Perito Moreno.
Verlo en persona es realmente increíble, no solo por su maravilloso color y por el paisaje que lo acompaña sino también por su inmensidad. Es enorme, con una superficie de unos 250 km². La pared frente a nuestros ojos mide unos 60 metros de altura.
Como decíamos más arriba, para disfrutarlo tenemos a disposición cuatro pasarelas (o senderos) de distinta longitud y dificultad para obtener las mejores vistas del imponente glaciar.
Recorrerlos todos lleva unas 4 horas aproximadamente, dependiendo del ritmo. Lo ideal es tomarse su tiempo y disfrutar de la maravilla que tenemos delante nuestro. Apurarse no sirve de nada. Además, hay lugares donde uno puede sentarse a comer algo y descansar un poco con una vista privilegiada.
Generalmente suele hacer bastante viento frío en las cercanías del glaciar, así que recomendamos ir con buen abrigo, y si es con capucha mejor. También van a agradecer (y mucho) el uso de anteojos de sol. De más está decir que deben llevar zapatillas que les sean cómodas para caminar tanto tiempo.
Luego de recorrer varias horas y disfrutar de los senderos y del maravilloso Glaciar Perito Moreno, ya era hora de tomar nuestro traslado, ahora sí con dirección al hotel. Estábamos muy cansados (recuerden que veníamos sin dormir) y si bien consideramos que un poco de estado físico tenemos, la caminata por las pasarelas durante tanto tiempo suele ser agotadora.
El día siguiente tocaba volver al parque, pero esta vez para realizar una excursión: el Mini-Trekking.
El vuelo no tenía escalas ni tampoco nuestro itinerario del día. Desde el Aeropuerto de El Calafate (Comandante Armando Tola) el traslado nos llevó directamente al Parque Nacional Los Glaciares. Al haber aterrizado tan temprano (7:50 de la mañana) faltaban muchas horas para tener la habitación del hotel disponible, así que optamos por todo ese tiempo en vez de gastarlo en el lobby del hotel o caminando en el centro, aprovecharlo para ya recorrer a fondo el Parque Nacional.
Desde el aeropuerto al Parque son unos 100km de distancia, que se recorren en auto en alrededor de 1 hora y media (según la velocidad y el tránsito, claro). El camino es tranquilo, directo, y empezamos a tener los vistazos del maravilloso paisaje que regala El Calafate. Si tenemos suerte, en el trayecto podremos divisar algún cóndor y otros pájaros típicos de la región.
Para entrar al Parque hay que pagar entrada. Si vamos un día solo pagamos el precio full pero si también vamos al día siguiente, se nos hará un descuento del 50% para esa segunda entrada. En el momento de nuestra visita (octubre 2019) pagamos $360 ARS para el primer día y $180 ARS para el segundo día, siendo residentes del país (se requiere presentar documentación). Siempre pueden chequear los precios en este link.
Una vez llegados al estacionamiento, tenemos sanitario, confitería y un mercado por si queremos tomar algo o comprar para comer. Este es el punto de partida de las distintas pasarelas disponibles para recorrer el parque. Por supuesto, el gran protagonista de este lugar es el Glaciar Perito Moreno.
Verlo en persona es realmente increíble, no solo por su maravilloso color y por el paisaje que lo acompaña sino también por su inmensidad. Es enorme, con una superficie de unos 250 km². La pared frente a nuestros ojos mide unos 60 metros de altura.
Como decíamos más arriba, para disfrutarlo tenemos a disposición cuatro pasarelas (o senderos) de distinta longitud y dificultad para obtener las mejores vistas del imponente glaciar.
Recorrerlos todos lleva unas 4 horas aproximadamente, dependiendo del ritmo. Lo ideal es tomarse su tiempo y disfrutar de la maravilla que tenemos delante nuestro. Apurarse no sirve de nada. Además, hay lugares donde uno puede sentarse a comer algo y descansar un poco con una vista privilegiada.
Generalmente suele hacer bastante viento frío en las cercanías del glaciar, así que recomendamos ir con buen abrigo, y si es con capucha mejor. También van a agradecer (y mucho) el uso de anteojos de sol. De más está decir que deben llevar zapatillas que les sean cómodas para caminar tanto tiempo.
Luego de recorrer varias horas y disfrutar de los senderos y del maravilloso Glaciar Perito Moreno, ya era hora de tomar nuestro traslado, ahora sí con dirección al hotel. Estábamos muy cansados (recuerden que veníamos sin dormir) y si bien consideramos que un poco de estado físico tenemos, la caminata por las pasarelas durante tanto tiempo suele ser agotadora.
El día siguiente tocaba volver al parque, pero esta vez para realizar una excursión: el Mini-Trekking.
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